《一千零一夜》连载六
HISTORIA DE LA MUJER DESPEDAZADA, DE LAS TRES MANZANAS Y DEL NEGRO RIHÁN
Schahrazada dijo:
“Una noche entre las noches, el califa Harun Al-Rachid dijo a Giafar Al-Barmaki: “Quiero que recorramos la ciudad, para enterarnos de lo que hacen los gobernadores y walíes. Estay resuelto a destituir a aquellos de quienes me den quejas,” Y Giafar respondió: “Escucho y obedezco.”
Y el califa, y Giafar, y Massrur el porta-alfanje salieron disfrazados por las calles de Bagdad; y he aquí que en una calleja vieron a un anciano decrépito que a la cabeza llevaba una canasta y una red de pescar, y en la mano un palo y andaba pausadamente, canturreando estas estrofas:
Me dijeron: “¡por tu ciencia, ¡oh sabio! eres entre los humanos como la luna en la noche!”
Yo les contesté: “¡Os ruego, que no habléis de ese modo! ¡No hay más ciencia que la del Destino!”
¡Porque, yo, con toda mi ciencia, mis manuscritos, mis libros y mi tintero, no puedo desviar la fuerza del Destino ni un solo día! ¡Y los que apostasen por mí, perderían su apuesta!
¡Nada, en efecto, hay más desolador que el pobre, el estado del pobre y el pan y la vida del pobre!
¡En verano, se te agotan las fuerzas! ¡En invierno, no dispone de abrigo!
¡Si se para, le acosarán los perros para que se aleje! ¡Cuán mísero es! ¡Ved cómo para él son todas las ofensas y todas las burlas!. ¿Quién es más desdichado?
Y si no clama ante los hombres, si no a su miseria, ¿quién le compadecerá?
¡Oh! Si tal es la vida del pobre, ¿no ha de preferir la tumba?
Al oír estos versos tan tristes, el califa dijo a Giafar: “Los versos y el aspecto de este pobre hombre indican una gran miseria.” Después se aproximó al viejo, y le dijo: “¡Oh jeique! ¿cuál es tu oficio?” Y él respondió: “¡Oh señor mío! Soy pescador. ¡Y muy pobre! ¡Y con familia! Y desde el mediodía estoy fuera de casa trabajando, y ¡Alah no me concedió aún el pan que ha de alimentar a mis hijos! Estoy, pues, cansado de mi persona y de la vida, y no anhelo más que morir.” Entonces el califa le dijo: “¿Quieres venir con nosotros hasta el río, y echar la red en mi nombre, para ver qué tal suerte tengo? Lo que saques del agua te lo compraré y te daré por ello cien dinares.” Y el viejo se regocijó al oirle, y contestó; “¡Acepto cuanto acabas de ofrecerme y lo pongo sobre mi cabeza!”
Y el pescador volvió con ellos hacia el Tigris, y arrojando la red, quedó en acecho; después tiró de la cuerda de la red, y la red salió. Y el viejo pescador encontró en la red un cajón que estaba cerrado y que pesaba mucho. Intentó levantarlo el califa y lo encontró también muy pesado. Pero se apresuró a entregar los cien dinares al pescador, que se alejó muy contento.
Entonces Giafar y Massrur cargaron con el cajón y lo llevaron al palacio. Y el califa dispuso que se encendiesen las antorchas, y Giafar y Massrur se abalanzaron sobre el cajón y lo rompieron. Y dentro de él hallaron una enorme banasta de hojas de palmera cosidas con lana roja. Cortaron el cosido, y en la banasta había un tapiz; apartaron el tapiz y encontraron debajo un gran velo blanco de mujer; levantaron el velo y apareció, blanca como la plata virgen, una joven muerta y despedazada.
Ante aquel espectáculo, las lágrimas corrieron por las mejillas del califa, y después, muy enfurecido, encarándose con Giafar, exclamó: ¡Oh perro visir! ¡Ya ves cómo, durante mi reinado, se asesina a las gentes y se arroja a las víctimas al agua! ¡Y su sangre caerá sobre mí el día del juicio, y pesará eternamente en mi conciencia! Pero ¡por Alah! que he de usar de represalias con el asesino, y no descansaré hasta que lo mate. En cuanto a ti, ¡juro por la verdad de mi descendencia directa de los califas Bani-Abbas, que si no me presentas al matador de esta mujer, a la que quiero vengar mandaré que te crucifiquen a la puerta de mi palacio, en compañía de cuarenta de tus primos los Baramka!” Y el califa estaba lleno de cólera, y Giafar dijo: “Concédeme para ello no más que un plazo de tres días.” Y el califa respondió: “Te lo otorgo.”
Entonces Giafar salió del palacio, muy afligido, y anduvo por la ciudad, pensando: “¿Cómo voy a saber quién. ha matado a esa joven, ni dónde he de buscarlo para presentárselo al califa? Si le llevase a otro para que pereciese en vez del asesino, esta mala acción pesaría sobre mi conciencia. Por lo tanto, no sé qué hacer.” Y Giafar llegó a su casa, y allí estuvo desesperado los tres días del plazo. Y al cuarto día el califa le mandó llamar. Y cuando se presentó entre sus manos, el califa le dijo: “¿Dónde está el asesino de la joven?” Giafar respondió: “No poseo la ciencia de adivinar lo invisible y lo oculto, para que pueda conocer en medio de una gran ciudad al asesino.” Entonces el califa se enfureció mucho, y ordenó que crucificasen a Giafar a la puerta de palacio, encargando a los pregoneros quedo anunciasen por la ciudad y sus alrededores de esta manera:
“Quien desee asistir a la crucifixión de Giafar Al-Barmaki, visir del califato, y a la de cuarenta Baramka, parientes suyos, vengan a la puerta de palacio para presenciarlo.”
Y todos los habitantes de Bagdad afluían por las calles para presenciar la crucifixión de Giafar y sus primos, sin que nadie supiese la causa; y todo el mundo se condolía y se lamentaba de aquel castigo; pues el visir y los Baramka eran muy apreciados por su generosidad y sus buenas obras.
Cuando se hubo levantado el patíbulo, llevaron al pie de él a los sentenciados y se aguardó la venia del califa para la ejecución. De pronto, mientras lloraba la gente, un apuesto y bien portado joven hendió con rapidez la muchedumbre, y llegando entre las manos de Giafar, le dijo: “¡Que te liberten, oh dueño y señor de los señores más altos, asilo de los menesterosos! Yo fui quien asesinó a la.joven despedazada y la metí en la caja que pescasteis en el Tigris. ¡Mátame, pues, en cambio, y usa las represalias conmigo!»
Cuando escuchó Giafar las palabras del joven, se alegró por sí propio, pero compadecióse del mancebo. Y hubo de pedirle explicaciones más detalladas; pero de súbito un anciano venerable separó a la gente, se acercó muy de prisa a Giafar y, al joven, les saludó; y les dijo: ¡Oh visir! no hagas caso de las palabras de este mozo, pues yo soy el único asesino de la joven, y en mí solo tienes que vengarla.” Pero el joven repuso: “¡Oh visir! este viejo jeique no sabe lo que se dice. Te repito que, yo soy quien la mató, debiendo ser, por tanto, el único, a quien se castigue.”. Entonces el jeique exclamó: “¡Oh hijo mío! todavía eres joven y debes vivir; pero yo, que soy viejo y, estoy cansado del mundo, te serviré de rescate a ti, al visir y a sus primos. Repito que el asesino soy yo, Y conmigo se debe usar de represalias.”
Entonces, Giafar, con el consentimiento del capitán de guardias, se llevó al joven y al anciano, y subió con ellos al aposento del califa. Y le dijo: “¡Oh Emir de los Creyentes! aquí tienes al asesino de la joven.” Y el califa preguntó: “¿En dónde está?” Giafar dijo: “Este joven afirma que es el matador, pero este anciano lo desmiente y asegura que el asesino es él.” Entonces el califa contempló al jeique y al mozo, y les dijo: “¿Cuál de vosotros. dos ha matado a la joven?'' Y el mancebo respondió: “¡Fui yo!” Y el jeique dijo: “¡No; fui yo solo!” El califa, sin preguntar más, dijo a Giafar entonces: “Llévate a los dos y crucifícalos,” Pero Giafar hubo de replicarle: “Si sólo uno es el criminal, castigar al otro constituye una gran injusticia.” Y entonces el joven exclamo: “¡Juro por Aquel que levantó los cielos hasta la altura que están y extendió la tierra en la profundidad que ocupa, que soy el único que asesino a la joven! Oid las pruebas.” Y describió el hallazgo; conocido sólo por el califa, Giafar y. Massrur. Y con esto el califa se convenció de la culpabilidad del joven, y llegando al límite dei asombro, le dijo: “¿Y porqué has cometido esa muerte? ¿Por qué la confiesas antes de que te obliguen a hacerlo a palos? ¿Por qué pides de este modo el castigo?” Entonces dijo el mancebo:
“Sabe, ¡oh Príncipe de los Creyentes! que esa joven era mi esposa, hija de este jeique, que es mi suegro. Me casé siendo ella todavía virgen, y Alah me ha concedido tres hijos varones. Y mi mujer me amó y me sirvió siempre, sin que tuviese yo que motejarla nada reprensible.
Hace dos meses cayó gravemente enferma, y llamé en seguida a los médicos mas sabios, que no tardaron en curarla ¡con ayuda de Alah! Al cabo de un mes empezó a hallarse mejor y quiso ir al baño. Antes, de salir de casa, me dijo:. “Antes de entrar en el hammam, desearía satisfacer un antojo.” Y le pregunté: “¿Qué antojo es ese?” Y me contestó: “Tengo ganas de una manzana para olerla y darle un bocado.” Inmediatamente me fui a la calle a comprar la manzana, aunque me costara un dinar de oro. Y recorrí todas las fruterías, pero en ninguna había manzanas. Y regresé a casa muy triste, sin atreverme a ver a mí mujer, y pasé toda la noche pensando en la manera de lograr una manzana. Al amanecer salí de nuevo de mi casa y recorrí todos los huertos, uno por uno, y árbol por árbol, sin hallar nada. Y he aquí que en el camino me encontré con un jardinero, hombre de edad, al que le consulté sobre lo de las manzanas. Y me dijo: “¡Oh hijo mío! Es una cosa difícil de encontrar, porque ahora no las hay en ninguna parte cómo no sea en Bassra; en el huerto del Comendador de los Creyentes. Y aun allí no te será fácil conseguirlas; pues el jardinero las reserva cuidadosamente para uso del califa.”
Entonces volví junto a mi esposa, contándoselo todo; pero el amor que le profesaba me movió a preparar el viaje. Y salí, y empleé quince días completos, noche y día, para ir a Bassra, y regresar favorecido por la suerte, pues volví al lado de mi esposa con tres manzanas compradas al jardinero del huerto de Bassra por tres dinares.
Entré, pues, muy contento, y se las ofrecí a mi esposa, pero al verlas ni dio muestras de alegría ni las probó, dejándolas, indiferente, a un lado. Observé entonces que durante mi ausencia la calentura se había vuelto a cebar en mi mujer muy violentamente y seguía atormentándola; y estuvo enferma diez días más, durante los cuales no me separé de ella un momento. Pero gracias a Alah; recobró la salud, y entonces pude salir y marchar a mi tienda para comprar y vender.
Pero he aquí que una tarde estaba yo sentado a la vuerta de mi tienda, cuando pasó por allí un negro, que llevaba en la mano una manzana: Y le dije: “¡Eh, buen amigo! ¿de dónde has sacado esa manzana, para que yo pueda comprar otras iguales?” Y el negro se echó a reir, y me contestó: “Me la ha regalado mi amante. He ido a su casa, después de algún tiempo que no la había visto, y la he encontrado enferma, y tenía al lado tres manzanas, y al interrogarla, me ha dicho: “Figúrate, ¡oh querido mío! que el pobre cornudo de mi esposo ha ido a Bassra expresamente a comprármelas, y le han costado tres dinares de oro.” Y en seguida me dio ésta que llevo en la mano.”
Al oir tales palabras del negro, ¡oh Príncipe de los Creyentes! mis ojos vieron que el mundo se obscurecía; cerré la tienda a toda prisa y entré en mi casa, después de haber perdido en el camino toda la razón, por la fuerza explosiva de mi furia. Dirigí una mirada al lecho, y efectivamente, la tercera manzana no estaba ya allí. Y pregunté a mi esposa: “¿En dónde está la otra manzana?” Y me contestó: “No sé que ha sido de ella.” Esto era una comprobación de las palabras del negro. Entonces me abalancé sobre ella, cuchillo en mano, y apoyando en su vientre mis rodillas, la cosí a cuchilladas. Después le corté la cabeza y los miembros, lo metí todo apresuradamente en la banasta, cubriéndolo con el velo y el tapiz, y guardándolo en el cajón, que clavé yo mismo. Y cargué el cajón en mi mula, y en seguida lo arrojé en el Tigris con mis propias manos.
¡Por eso, ¡oh Emir de las Creyentes! te suplico que apresures mi muerte, en castigo a mi crimen, pues me aterra tener que dar cuenta de él el día de la Resurrección!
La arrojé al Tigris, como he dicho, y como nadie me vio, pude volver a casa. Y encontré a mi hijo mayor llorando, y aunque estaba seguro de que ignoraba la muerte de su madre, le pregunté: “¿Por qué lloras?” Y él me contestó: “Porque he cogido una de las manzanas que tenía mi madre, y al bajar a jugar con mis hermanos, en la calle, ha pasado un negro muy grande y me la quitó, diciendo: “¿De dónde has sacado esta manzana?” Y le contesté: “Es de mi padre, que se fue y se la trajo a mi madre con otras dos, compradas por tres dinares en Bassra. Porque mi madre está enferma.” Y a pesar de ello, el negro no me la devolvió sino que me dio un golpe y se fue con ella. ¡Y ahora tengo miedo de que la madre me pegue por lo de la manzana!”
Al oir estas palabras del niño, comprendí que el negro había mentido respecto a la hija de mi tío, y por tanto, ¡que yo había matado a mi esposa injustamente!
Entonces empecé a derramar abundantes lágrimas, y entró mi suegro, el venerable jeique que está aquí conmigo. Y le conté la triste historia. Entonces se sentó a mi lado, y se puso a llorar. Y no cesamos de llorar juntos hasta media noche. E hicimos que duraran cinco días las ceremonias fúnebres. Y aun hoy seguimos lamentando esa muerte.
Así, pues, te conjuro ¡oh Emir de los Creyentes! por la memoria sagrada de tus antepasados, a que apresures mi suplicio y vengues en mi persona aquella muerte.”
Entonces el califa, profundamente maravillado, exclamó: “¡Por Alah que no he de matar más que a ese negro pérfido!...”
En este momento de su narración, Schahrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGÓ LA 19a. NOCHE
Ella dijo:
He llegado a saber, ¡oh rey afortunado! que el califa juró que no mataría mas que al negro, puesto que el joven tenía una disculpa. Después, volviéndose hacia Giafar, le dijo: “¡Trae a mi presencia al pérfido negro que ha sido la causa de esta muerte! Y si no puedes dar con él, perecerás en su lugar.”
Y Giafar salió llorando, y diciéndose: “dónde lo podré hallar para traerlo a su presencia? Si es extraordinario que no se rompa' un cántaro al caer, no lo ha sido menos el que yo haya podido escapar de la muerte. Pero ¿y ahora?... ¡Indudablemente, Él que me ha salvado la primera vez, me salvará, si quiere, la segunda! Así, pues, me encerraré en mi casa los tres días del plazo. Porque ¿para qué voy a emprender pesquisas inútiles? ¡Confío en la voluntad del Altísimo!”
Y en efecto, Giafar no se movió de su casa en los tres días del plazo. Y al cuarto día mandó llamar al kadí, e hizo testamento ante él, y se despidió de sus hijos llorando. Después llegó el enviado del califa, para decirle que el sultán seguía dispuesto a matarle si no parecía el negro. Y Giafar lloró más todavía, y sus hijos con él. Después quiso besar por última vez a la mas pequeña de sus hijas, que era la preferida entre todas, y la apretó contra su pecho, derramando, muchas lágrimas por tener que separarse de ella. Pero al estrecharla contra él, notó algo redondo en el bolsillo de la niña, y le preguntó: “¿Qué llevas ahí?” Y la niña contestó: “¡Oh padre! una manzana. Me la ha dado nuestro negro Rihán. Hace cuatro días que la tengo. Pero para que me la diese tuve que pagar a Rihán dos dinares.”
Al oir las palabras ; “negro” y “manzana”, Giafar sintió un gran júbilo, y exclamó: “¡Oh Libertador!” Y en seguida mandó llamar al negro Rihán. Y Rihán llegó, y Giafar le dijo: “¿De dónde has sacado esta manzana',” Y contestó el negro: “¡Oh mi señor! hace cinco días que, andando por la ciudad, entré en una calleja, y vi jugar a unos niños, uno de los cuales tenía esa manzana en la mano. Se la quité y. le di un golpe, mientras el niño me decía llorando: “Es de mi madre, que está enferma. Se le antojó una manzana; y mi padre ha ido a buscarla a Basara, y esa y otras dos le han costado tres dinares de oro. Y yo he cogido esa para jugar.” Y siguió llorando. Pero yo, sin hacer, caso de sus lágrimas, vine con la manzana a casa, y se la he dado por dos dinares a mi ama más pequeña.”
Y Giafar se asombró de este relato, viendo sobrevenir tantas peripecias y la muerte de una mujer por culpa de su negro Rihán. Por tanto, dispuso que lo encerrasen en seguida en un calabozo. Y después, muy contento por haberse librado de la muerte, recitó estas dos estrofas:
Si tu esclavo tiene la culpa de tus desdichas, ¿por qué no piensas en deshacerte de él? .
¿Ignoras que abundan los esclavos, y que sólo tienes un alma, sin que puedas sustituirla?
Pero luego pensó otra cosa, y cogió al negro, y lo llevó ante el califa, a quien contó la historia.
Y el califa Harún Al-Rachid se maravilló tanto, que dispuso se escribiese tal historia en los anales para que sirviera de lección a los humanos.
Entonces Giafar le dijo: “No tienes para qué maravillarte tanto de esa historia, ¡oh Comendador de los Creyentes! pues no puede igualarse a la del visir Nureddín y su hermano Chamseddin.”
Y el califa exclamó: “¿Y qué historia es esa, más asombrosa que la que acabamos de oir?” Y Giafar dijo: “¡Oh Príncipe de los Creyentes! no te la contaré sino a cambio de que perdones su irreflexión a mi negro Rihán.” Y el califa respondió: “¡Así sea! Te hago gracia de su sangre.”
其他有趣的翻译
- 太阳系的行星
- De la selva
- LLUVIA, LLUVIA, VETE LEJOS
- 西班牙斗牛(corrida de toro)
- 西班牙语书信
- 西班牙的风俗习惯
- 西班牙介绍
- 西班牙风貌
- 西班牙国旗解说
- 西班牙演员入侵好莱坞(西英)
- 西班牙家族传统(西英)
- 西班牙文艺(西英双语)
- 西班牙饮食(西英)
- 科技与发明(西英双语)
- 巴塞罗那西英双语介绍
- 伟大的人道主义者(西英双语)
- 儿童与教育(西英双语)
- 如何拥有健康的身体(西语)
- 《一千零一夜》连载一
- 《一千零一夜》连载二
- 《一千零一夜》连载三
- 《一千零一夜》连载四
- 《一千零一夜》连载五
- 《一千零一夜》连载六
- 《一千零一夜》连载七
- 《一千零一夜》连载八
网友关注
- 西班牙世界传说(第一章)-3
- 中西双语阅读:苏菲的世界(34)
- 西班牙语美文:上帝不会问你的十个问题
- 西班牙语美文晨读:今夜我可以写出
- 西语诗歌:我是怎样的爱你
- 西语每日一句:神嫉妒我们是凡人
- 西班牙语阅读:巧克力是甜酱之王
- 西班牙语阅读:容颜易老,细心呵护
- 中西双语阅读:苏菲的世界(35)
- 西班牙语阅读:吉维尼小镇里的莫奈之家
- 西班牙语美文晨读:迷恋
- 西班牙语妙词巧用:一文不名
- 西语每日一句:有时起初的隐忍可以避免一路的疼痛
- 西语每日一句:真正发生改变的,是你自己
- 西班牙语诗歌:善良的天使 Poema El ángel Bueno
- 西班牙语美文晨读:女王
- 西班牙语荣登“最易学的语言”榜首
- 西班牙语妙词巧用:遥遥无期
- 神奇姐妹
- 西语好书推荐:《纸上的伊比利亚》
- 西班牙研究院提出“音乐快感缺乏”的概念
- 拼车族到来,公车使用率降低
- 西班牙语美文:7招教你笑口常开
- 西语:语祝福大放送
- 希特勒之妻竟是犹太人
- 西语盘点:十本你最该看的名人传记
- 西班牙语解读十二生肖
- 西班牙语美文晨读:不要恐惧,要梦想
- 哥斯达黎加 Acerca de Costa Rica
- 西班牙世界传说(第一章)-6
- 西语每日一句:爱情是两个不同身体里住着同一个灵魂
- 西班牙世界传说(预备篇)-5
- 西班牙语阅读:芬兰卡克斯劳坦恩酒店
- 西班牙语美文晨读:7步与妈妈更亲密
- 日本动漫宅男狂迷克里米亚女神
- iPhone 6屏幕还要更大
- 西语每日一句:比起死亡我更害怕时间
- 拉丁美洲的禁烟法令
- 西语每日一句:我们命中注定要失去所爱之人
- 世界上最贵的狗在中国
- 西班牙语妙词巧用:心不在焉
- 西班牙世界传说(第一章)-1
- 男人来自火星,女人来自金星
- 西班牙世界传说(预备篇)-3
- 西班牙语美文晨读:时间都去哪儿了
- 西班牙语美文晨读:帕斯-街道
- 看笑话学西语:西班牙人和中国人
- 西班牙语妙词巧用:有靠山
- 西班牙语妙词巧用:非常高兴
- 西班牙美食谱:公爵夫人鸡蛋
- 看新闻学西语:西班牙《顶级厨师》谈国家德比
- 西班牙世界传说(第一章)-4
- 你知道吗:世界读书日的西班牙渊源
- 西语诗歌欣赏:二十首情诗与一支绝望的歌第十五首
- 西班牙语美文晨读:每个清晨,充满希望
- 女神节:这些话,别对女人说
- 西语国家就业:墨西哥最赚钱和最不赚钱的5个专业
- 西班牙语版钻漾年华:Diamonds(歌词)
- 西语每日一句:尽管会一时冲动,但切勿伤害我们的友爱
- 中国的传统节日——清明节
- 西班牙语美文晨读:面朝大海,春暖花开
- 西语阅读:乘坐飞机安全指南
- 西语美文晨读:蘑菇下的蜗牛
- 上千名西班牙人可能会被赶出德国
- 西班牙世界传说(预备篇)-2
- 西班牙语美文晨读:如果你忘记我
- 英国推动同性婚姻合法化
- 西语每日一句:从那些以你为镜的人身上,看到你自己人生的意义
- 西班牙世界传说(第一章)-5
- 西班牙世界传说(预备篇)-4
- 西语美文晨读:谁
- 西语每日一句:如果能知道自己的生命还剩多少
- 西班牙世界传说(预备篇)-1
- 儿童性侵案件多在熟人身边发生
- 西语每日一句:当你被某个人吸引时
- 西班牙节日:马拉加节
- 西班牙语妙词巧用:芝麻开门
- 西语每日一句:我不害怕死,我害怕的是明天。
- 西语每日一句:没有温暖回忆的冬天多么寒冷
- 西语笑话:令人无奈的调查
- 西班牙语妙词巧用:散吧,到此为止
精品推荐
- 乌苏市05月30日天气:阴转晴,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:26/12℃
- 阿克苏区05月30日天气:多云转晴,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:26/13℃
- 曲麻莱县05月30日天气:多云,风向:西南风,风力:3-4级转<3级,气温:18/0℃
- 海晏县05月30日天气:小雨,风向:东南风,风力:3-4级,气温:19/5℃
- 乌鲁木齐市05月30日天气:晴转多云,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:20/10℃
- 安定区05月30日天气:多云转中雨,风向:东北风,风力:3-4级转<3级,气温:21/11℃
- 陇西县05月30日天气:小雨转中雨,风向:东北风,风力:<3级,气温:27/13℃
- 疏勒县05月30日天气:阴,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:26/16℃
- 阿勒泰市05月30日天气:小雨转晴,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:17/6℃
- 阿合奇县05月30日天气:阴,风向:无持续风向,风力:<3级,气温:23/9℃
分类导航
热门有趣的翻译
- 中西双语阅读:苏菲的世界(28)
- 西班牙语基础教程 Leccion 5
- 西班牙语庆贺短信
- 西班牙语基础教程 Leccion 6
- 西班牙语场景会话:租房
- 西班牙语专用语:爱情篇
- 现代西语第一册 第八课
- 西班牙语情景对话03
- 商贸西班牙语口语(第3课)
- 西班牙语浪漫短信
- 生活西语:在餐馆
- 西班牙语语法细讲:被动句和无人称句
- 西班牙语美文晨读:阿兰胡埃斯之恋
- 西语阅读:世界各国的过年习俗—苏格兰
- 夏日冰品之千奇百怪的啤酒
- 西语生活口语:一个真诚的男人?
- 标准西班牙语语音入门 9
- 西语100句:他现在不在
- 常见昆虫西班牙语名称
- 双语阅读:九月,故事的开始
- 西语童话:Día de mudanza
- 应急西班牙语:结帐服务
- 联合国世界人权宣言(四)
- 双语阅读:天津小吃
- 小王子 简介(中西对照)
- 西语听力:虚拟女孩帮助反性侵组织辨认儿童性侵罪犯